martes, 3 de julio de 2007

A mis ángeles...


Me resulta paradógica la idea de que el tiempo pase y no nos demos cuenta que quienes somos realmente...

en nuestro caminar creemos y depositamos confianza en aquellos que menos pensamos que pudiesen traicionarnos...

se vienen a mi mente un sin número de imágenes y lo peor de todo, los sentimientos asociados a ellas... viajes, celebraciones, disgustos, miradas, susurros, palabras (aunque muy pocas), abrazos, besos, caricias, carcajadas, brindis, comidas, perfumes, sabores, tristezas, vacilaciones, miedos... y me quedo en esto último... miedo, miedo es lo que siento en este instante... ¿quiénes somos realmente?... es cierto, creo fervientemente en que no existen heridas que el tiempo no cure, pero ocurren hechos que sacan la costra de ella antes de que se haya formado la cicatriz... ¿cómo debo ser de ahora en adelante?... confiar? se puede?... lo único que me tiene los pies en la tierra son los ángeles que me rodean y protegen, a tal punto que me es difícil relatar... a pesar de revivir nuevos hechos traicioneros, detras de ellos están mis ángeles, ellos hacen mucho mas llevadero este caminar incierto y nebuloso, ellos me guían con sus abrazos, sus consejos, sus sentimientos puros y sinceros, a ellos es a quienes dedico este escrito, que lejos de adjudicarles algún tipo de responsabilidad les estaré eternamente agradecido, agradecido de que sean mis ángeles, de que velen por mi en algo tan sencillo como en sus pensamientos, sin ellos, estoy seguro, lo vivido sería mucho mas complicado.

Con ellos me queda mas fácil la tarea de seguir caminando y abrir alguna nueva ventana dispuesta para mi... y yo para ella... gracias, mil gracias...